Los humanos somos más que seres humanos, somos los hijos predilectos de Dios; y estamos en la Tierra por algún motivo. En la vida todos quieren lograr grandes cosas, pero sólo una minoría lo logra. Los que no lo logran, normalmente, comienzan a quejarse de "por qué la vida les da la espalda si ellos 'trabajan duro'". Y más aun, siempre escucho decir en las oraciones: "Hágase tu voluntad, en la Tierra como en el Cielo", y ¿Por qué no aceptamos esa voluntad?; que incoherente, ¿verdad?. Acá van algunas situaciones:
Primero, la vida no se trata de, solamente, trabajar duro, sino de trabajar duro en lo correcto.
Segundo, lo correcto normalmente son aquellas cosas que, por miedo, pereza o conformismo, no nos atrevemos a hacer, pero que muy dentro nuestro sabemos que son cosas que deberíamos hacer.
Tercero, las cosas que son correctas siempre se nos cruzan por el camino; si las aprovechamos les podemos llamar 'oportunidades', si no las aprovechamos simplemente se quedan en 'cosas'.
Cuarto, si nos pasamos toda la vida perdiendo oportunidades o esperando 'la correcta', se nos pasará la vida; muchos llegan a viejos sin atreverse a nada; y por miedo a perder, perdieron lo más valioso, el tiempo.
Quinto, la única forma de aprovechar bien una oportunidad es comprometerse, y el compromiso es como el río, que cuando hay una piedra delante, la rodea o pasa por encima, pero no le detiene.
Sexto, el compromiso implica también ser positivo con lo que uno hace y sobre lo que uno espera.
Séptimo,el compromiso implica sobre todo, persistencia más acción.
Octavo, no existe éxito que no implique compartir o ayudar al resto.
Noveno, si no se logra el éxito deseado, se logra el éxito conseguido, que es el aprendizaje y la experiencia. Es decir, no hay forma de perder.
Décimo, con o sin, la vida algún día terminará, así que más vale apostarle todo, porque la vida se hizo para vivir, no para sobrevivir.
Éxitos.